martes, 6 de diciembre de 2011

Puentes, acueductos y productividad....


Semana complicada para la economía de un país, semana complicada para empresas, semana complicada para padres con hijos en edad escolar.... semana complicada a pesar del macropuente.
El debate está lanzado y puede ser de forma definitiva. Se trata de la iniciativa de reordenar el calendario laboral y pasar la mayor parte de los festivos a los lunes y los viernes para suprimir los puentes largos, ‘acueductos’ por “micro-puentes” de tres días. Desde todos los sectores implicados en la ordenación del tiempo de trabajo y los expertos se han lanzado opiniones a favor y en contra de la medida y donde unos ven que puede ser una decisión interesante para aumentar la productividad de las empresas otros consideran que puede desmotivar a los trabajadores que ven reducido su tiempo de descanso. Luego hay otras consideraciones económicas como pudiera ser su influencia en el sector hostelero.
Pero, ¿realmente estos micropuentes solucionarían este "problema" que se plantea o habría que cambiar también otras cosas? ¿quizás sería necesario cambiar nuestra mentalidad respecto al trabajo?
En nuestro país sucede una cosa curiosa (a pesar de los puentes y los acueductos). Dando datos del año 2009 nuestra jornada laboral pactada en los convenios colectivos era de 1720 horas anuales; los alemanes contabilizaban 1.655 horas. En España, hay 14 días festivos al año, más que en cualquier otro lugar de Europa solo Chipre nos iguala en la Unión Europea. Sin embargo, es de todos conocido que los índices de productividad en España no están, precisamente, a la cabeza de Europa. Es en Francia o los países nórdicos donde mejor evoluciona la productividad, siendo sus jornadas anuales  menores.
Somos los que más horas estamos en la trabajo, pero nuestra productividad es inferior a la de otros países con menos horas de trabajo. Es decir, el problema del español no es que no produzca porque está de puente, el problema es que no produce cuando está en su puesto de trabajo.
Como decía, quizás sea un problema de mentalidad. Esto queda demostrado viendo como no nos importa desacelerar aún más nuestra economía paralizando prácticamente todo el país durante una semana.

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