Mano de obra precaria y muy barata. Es la esencia de los llamados minijobs o miniempleos, un concepto importado Alemania y que la patronal CEOE ha sacado a relucir esta semana. Se trata de empleos de pocas horas de trabajoa cambio de remuneraciones que rondan los 400 euros al mes.
Ni impulsan el empleo juvenil, ni fomentan el acceso laboral de la mujer. Los minijobs encierran sólo precariedad. Por ello, en su país, Alemania, cada vez son más los detractores que advierten de los riesgos que entrañan para el mercado laboral.
Santos Ruesga, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid, alerta sobre el "efecto desplazamiento" que podrían tener los miniempleos. Los contratos temporales o parciales actuales, con salarios de 600 u 800 euros, se sustituirían por minijobs de 400 euros. "A corto plazo, en ningún caso crearía puestos de trabajo netos. Unos trabajadores serían sustituidos por otros en la cola del paro", señala.
La implantación de los minijobs supondría un aumento de la precariedad laboral: salarios más bajos, peores cotizaciones, peores prestaciones y difícil acceso a las pensiones de jubilación.
Aumentaría la dualidad del mercado de trabajo, la brecha entre unos trabajadores y otros. "Implicaría que el 20% de la población trabajadora estuviera a enorme distancia del resto", asegura Santos Ruesga, que alerta también de que, lejos de ser un contrato de transición a un empleo estable, buena parte de los minijobs acaban enquistándose y cerca de un 80% de los trabajadores con estos contratos no logran salir del círculo del empleo precario.
Realmente estamos viajando hacia atrás en el tiempo. Volvemos, no al siglo XX, sino a los inicios de la Revolución Industrial. Así NO, esto no es serio.
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