Cada vez que escucho esta canción me viene a la memoria la situación económica de este país, vinculada fundamentalmente a la burbuja inmobiliaria.
El fenómeno de la construcción se magnificó en España bajo el mandato de gobiernos de distinto signo, tanto a nivel nacional como autonómico y local.
Construir una vivienda implica la participación de "muchos elefantes": promotores, arquitectos, albañiles, carpinteros, electricistas, pintores, fontaneros, ventanas, sanitarios, ladrillos, azulejos, electrodomésticos..... Todo suma y se va cargando de peso la tela de araña.
Aparece un nuevo elefante (muy gordo, por cierto): la Administración, fundamentalmente la local. Haciendo la vista gorda ha permitido la construcción de miles de viviendas sin ninguna licencia, en lugares inverosímiles. Si no se hubieran saltado todo tipo de normas este sector económico hubiera generado empleo durante muchos años, pero claro, todo esto generaba beneficios económicos para los ayuntamientos, dinero que de la noche a la mañana ha desaparecido. Un peso muy grande para una tela tan pequeña.
Otro elefante.... la EDUCACIÓN. Miles de jóvenes abandonan sus estudios para sumergirse en el mundo del dinero fácil generado por la construcción. Nuestro país pierde futuros ingenieros, albañiles, maestros, médicos, electricistas.... para convertirse años después en un país de...... PARADOS con cientos de deudas a sus espaldas (es lo que tiene el dinero fácil). Curiosamente los mayores recortes en época de crisis se los lleva el sector educativo: sufre en las vacas gordas y en las flacas.
Llega otro elefante (ya no sé cuántos llevamos): la Banca. Contagiada por la alegría del sector de la construcción se lanza a ofrecernos un dinero que no es suyo y además lo lanza en abundancia: grandes hipotecas para casa, coche, viajes...., tasaciones imposibles... que hacen aumentar aún más el precio de la vivienda y van generando un globo a punto de estallar. Curiosamente cuando explotó fueron los primeros en pedir ayuda, los primeros en ser salvados nuevamente con dinero que no es suyo pero támbién son los primeros en negar ayuda a los demás (empresas y personas de carne y hueso). Mucho peso para poca tela.
El elefante mayor..... los dirigentes de nuestro país, y me da igual gobierno que oposición, porque todos se han convertido en un gran lastre por su incapacidad para ver más allá de la sigla de sus partidos, primando la ideología por encima de la salvación de todo un país. Aún no sé cómo tienen el descaro de pedirnos el voto. La campaña la tendríamos que hacer nosotros, no ellos.
A la tela se van sumando más elefantes: casi 5 millones de parados, miles de empresas cerradas, otras miles sin financiación, sindicalistas (que no sindicatos) incapaces, salvapatrias de dudosa reputación, políticos y realeza corrupta, niños con una educación precaria, enfermos en lista de espera.........
Realmente, ante esta situación ¿pensamos que la tela va a aguantar? Siempre podemos cerrar los ojos y seguir contando elefantes hasta el infinito, pero creo que esa no es la solución.
El fenómeno de la construcción se magnificó en España bajo el mandato de gobiernos de distinto signo, tanto a nivel nacional como autonómico y local.
Construir una vivienda implica la participación de "muchos elefantes": promotores, arquitectos, albañiles, carpinteros, electricistas, pintores, fontaneros, ventanas, sanitarios, ladrillos, azulejos, electrodomésticos..... Todo suma y se va cargando de peso la tela de araña.
Aparece un nuevo elefante (muy gordo, por cierto): la Administración, fundamentalmente la local. Haciendo la vista gorda ha permitido la construcción de miles de viviendas sin ninguna licencia, en lugares inverosímiles. Si no se hubieran saltado todo tipo de normas este sector económico hubiera generado empleo durante muchos años, pero claro, todo esto generaba beneficios económicos para los ayuntamientos, dinero que de la noche a la mañana ha desaparecido. Un peso muy grande para una tela tan pequeña.
Otro elefante.... la EDUCACIÓN. Miles de jóvenes abandonan sus estudios para sumergirse en el mundo del dinero fácil generado por la construcción. Nuestro país pierde futuros ingenieros, albañiles, maestros, médicos, electricistas.... para convertirse años después en un país de...... PARADOS con cientos de deudas a sus espaldas (es lo que tiene el dinero fácil). Curiosamente los mayores recortes en época de crisis se los lleva el sector educativo: sufre en las vacas gordas y en las flacas.
Llega otro elefante (ya no sé cuántos llevamos): la Banca. Contagiada por la alegría del sector de la construcción se lanza a ofrecernos un dinero que no es suyo y además lo lanza en abundancia: grandes hipotecas para casa, coche, viajes...., tasaciones imposibles... que hacen aumentar aún más el precio de la vivienda y van generando un globo a punto de estallar. Curiosamente cuando explotó fueron los primeros en pedir ayuda, los primeros en ser salvados nuevamente con dinero que no es suyo pero támbién son los primeros en negar ayuda a los demás (empresas y personas de carne y hueso). Mucho peso para poca tela.
El elefante mayor..... los dirigentes de nuestro país, y me da igual gobierno que oposición, porque todos se han convertido en un gran lastre por su incapacidad para ver más allá de la sigla de sus partidos, primando la ideología por encima de la salvación de todo un país. Aún no sé cómo tienen el descaro de pedirnos el voto. La campaña la tendríamos que hacer nosotros, no ellos.
A la tela se van sumando más elefantes: casi 5 millones de parados, miles de empresas cerradas, otras miles sin financiación, sindicalistas (que no sindicatos) incapaces, salvapatrias de dudosa reputación, políticos y realeza corrupta, niños con una educación precaria, enfermos en lista de espera.........
Realmente, ante esta situación ¿pensamos que la tela va a aguantar? Siempre podemos cerrar los ojos y seguir contando elefantes hasta el infinito, pero creo que esa no es la solución.
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