domingo, 12 de febrero de 2012

Rebajamos los despidos y ponemos a los parados a barrer la calle

Tras coger un poco de aire tras las múltiples novedades que hemos ido difundiendo sobre la nueva reforma laboral, vemos que las fórmulas aplicadas son “remakes” de otras anteriores que no demostraron resultar efectivas para crear empleo. No podemos desviar el foco de dos importantes aspectos: se abarata el despido de forma muy notable y muchos desempleados tendrán que ganarse su prestación, si antes era formándose, ahora será trabajando para la comunidad.
No es solo que hayamos pasado de las indemnizaciones por despido de 45 a las de 33 días, sino que en la práctica se allana el camino para realizar despidos justificados con indemnizaciones de 20 días. Esto, de forma paralela también afecta a los futuros desempleados que quieran iniciar un negocio, pues aunque se haya anunciado que se podrá capitalizar el 100% del desempleo, poseerán una cantidad cada vez más pequeña para hacerlo debido al notable abaratamiento del despido.

¿No hay más ideas?

Mientras las medidas dispuestas para la contratación se basan en fórmulas agotadas y a priori insuficientes, las del abaratamiento del despido nos suena a la continuación de los pasos ya iniciados por el PSOE, pero llevados al extremo. Si se demuestra la reducción del nivel de ventas durante tres trimestres, se podrá acceder al despido justificado por causas económicas con indemnización de 20 días… no parece muy complicado con la que está lloviendo ¿verdad?
Por otro lado, el despido injustificado experimenta una rebaja importante. Es cierto que con ello se flexibiliza más nuestro mercado laboral, pero en un país enterrado por un paro formado por cerca de 6 millones de personas no podemos pensar que el despido sea el gran problema a solucionar.
Por otro lado, me ha llamado mucho la atención el hecho de que se anuncie como un éxito el hecho de no abaratar las prestaciones por desempleo, dejando a cambio una forma indirecta de hacerlo: trabajar para “el bien de la comunidad”, que de paso es posiblemente más económico que contratar mano de obra especializada ¿Se continuará la senda de la formación a los desempleados o esta terminará siendo un derecho de los ya empleados?
La ministra nombró la importancia de formar a los profesionales de los sectores económicos hundidos, mencionando el de la construcción de forma expresa. No sé si proponen algo que no se haya hecho hasta ahora, pero de momento me suena al discurso dado por los socialistas en su momento. Eso sí, ahora se ha reconocido la incapacidad del antiguo INEM para colocar a los desempleados y se busca la colaboración de las ETT.

Más de lo mismo

Con tantas reformas laborales uno ya no sabe qué pensar, si están dando palos de ciego o si simplemente le están dando palos a los trabajadores y desempleados para calmar a los mercados.
En un primer momento no quise ni pude dar una opinión clara sobre las medidas, pero ya puedo decir que me siento decepcionado, aunque eso no evitará que desee que sea positivo para España… no me queda otra.
No se han reducido los tipos de contrato (de hecho se añade uno más de forma experimental) y seguimos con un modelo de bonificaciones muy complejo y demostradamente fracasado. Creo que todo esto seguirá produciendo precariedad y dudo que se pueda reactivar el consumo interno de forma notoria.
En otras palabras, con esta “re-re-reforma” seguimos dando vueltas y solo nos queda esperar a que mareen con otra más. Ahora, ya han comenzado las protestas y la mano dura, pero mi negocio sigue igual que ayer.
En Pymes y Autónomos

sábado, 4 de febrero de 2012

La voz afónica de María

Cuando fusilaron a su madre, María tenía solo 6 años y 2 meses. La mataron con otros 27 hombres y 3 mujeres. A María, hoy octogenaria, no le han permitido apenas explicar, ante el Tribunal Supremo de su país, la más íntima emoción de su memoria. Que su padre estaba segando cuando pasó aquello “y también fueron a por él y se lo llevaron preso, y el día que volvió de la cárcel me abrazó y no me soltó en horas”.
La voz de María sonaba como un susurro, quebrada por la afonía, ante los imperturbables semblantes de los jueces. Al instructor de la causa contra Baltasar Garzón, Luciano Varela, le dijo un día María, por carta, que también él movería cielo y tierra por encontrar a su madre si ella fuera la desaparecida, pero no obtuvo respuesta. También escribió María al juez Garzón. Esta carta, manuscrita con pundonorosa caligrafía, sí mereció contestación y por ella María fue escuchada ayer, aunque se haya retrasado tanto la cita.
María Martín López, de Pedro Bernardo (Ávila), llegó a la Audiencia Nacional apoyándose en un andador y en un cuartilla amarillenta, tan vieja y tan viva como su íntima y silenciada memoria. De niña -cuenta- los falangistas la llevaban a veces al cuartel o a la iglesia y le daban aceite de ricino y guindillas para castigarla. “Yo lo que quiero es que me ayuden a encontrar a mi madre para poder enterrarla. Nada más y nada menos”. Su madre está, desde el primer día del otoño de 1936, junto a los restos de otras 30 víctimas, “al lado del arroyo, arriba del puente, aunque ahora han hecho una obra y han echado tres metros de tierra encima”, indica María.
Estoy convencido de que María Martín López, que ayer tambien dijo que “un entierro sin muertos, como esto, es una cosa muy seria”, coincidirá con el lehendakari López cuando ayer igualmente, en un acto público, tuvo un recuerdo especial para todas las víctimas del terrorismo y reivindicó su memoria como referente ético: “Nunca las olvidaremos, porque forman parte ya del nosotros colectivo sobre el que tenemos que asentar la convivencia democrática. Sin revanchas, sin odios, pero con memoria, haciendo una revisión justa y veraz de lo ocurrido”. Tiene mucha razón el lehendakari al afirmar que un nuevo tiempo no se construye sobre el olvido. Lo sabe muy bien María.

Fuente.- Voz de memoria

viernes, 3 de febrero de 2012

¿Tiene el sistema educativo español solución?


El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Antonio Wert, anunció el martes a bombo y platillo la nueva reforma del sistema educativo. Una noticia que aquellos que nos dedicamos profesionalmente a la educación llevábamos bastante tiempo esperando pero que como era de esperar se ha quedado en un continente sin contenido.
Parece ser que lo más trascendente de la noticia se resume en dos puntos: la supresión de la polémica asignatura Educación para la ciudadanía y el nuevo bachillerato de tres años. Con éstas medidas pretenden combatir esas estadísticas negativas que tanto nos alejan de los estándares europeos: el 36% de la población entre 25 y 29 años no ha llegado a terminar la ESO (frente al 18,6% europeo) y sólo un 27% de esa población joven tiene estudios secundarios superiores (la media europea alcanza el 49%).

Junto al temprano abandono escolar, el otro dato que avergüenza a España es el resultado que nuestros alumnos de 15 años obtienen en las pruebas internacionales de la OCDE: el famoso informe PISA. El último informe confirma además las significativas diferencias existentes entre unas Comunidades Autónomas y otras: Andalucía, Baleares y Extremadura, por ejemplo, tienen resultados similares a los de los peores países. En el caso concreto de Andalucía parece ser que la Junta, en un increíble ejercicio de lucidez mental, ha encontrado la solución instaurando una paguita de 600 € al mes a los buenos estudiantes.
¿Y cómo arreglamos este desastre? Pues con mano dura, si me permiten mi opinión, con la colaboración absoluta de las familias y con el regreso del BUP y el COU. En informática hay un dicho según el cuál “si algo funciona, no lo toques” que bien podría haberse aplicado a la educación. La actual ESO es un fracaso, no lo duden, y está diseñada para que cualquier alumno con un esfuerzo mínimo y sin estudiar casi nada pase de curso en curso hasta llegar a bachillerato. La constancia, el esfuerzo y la competitividad no son premiadas con este sistema. La holgazanería, la vagancia y la ley del mínimo esfuerzo, mientras tanto, sí lo son.
La colaboración con las familias prácticamente no existe. En mi época (y no hace tanto de eso) si mis padres recibían una llamada del colegio para avisarles de que había faltado a clase, ya me podía echar a temblar. Hoy llamas a un padre para informarle de que su hijo ha dejado un examen en blanco o que simplemente no está rindiendo como debería y directamente culpa al profesorado y le pide mayor involucración. ¿Estamos tontos o qué? ¿Esa es la solución que buscamos para nuestros hijos?
Recuerdo una frase de Diego Luís Córdoba, abogado y político colombiano, que con gran sentido común podría aplicarse a cualquier sociedad, sobre todo a la nuestra: “Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad.”

fuente.- El Blog Salmón